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1. Conducir con sueño es más peligroso que conducir bajo los efectos del alcohol
Después de una noche de copas, conducir al día siguiente suele ir acompañado de somnolencia. En el caso del alcohol, existe el alcoholímetro para medir la concentración de alcohol en sangre, pero en el caso de la somnolencia no hay ningún método de control, por lo que depende de la responsabilidad de cada conductor. En caso de haber bebido, se puede recurrir a un servicio de conductor designado, y aunque la mente esté nublada, todavía hay cierto grado de consciencia. Sin embargo, la somnolencia provoca una desconexión momentánea de la consciencia durante la conducción, convirtiendo al conductor en un 'conductor ausente' mientras está en movimiento, lo que lo hace aún más peligroso.
2. La principal causa de accidentes en autopistas es la somnolencia al volante
Según un análisis de los accidentes de tráfico ocurridos en las autopistas nacionales, la principal causa de los mismos es la somnolencia al volante (21,4%). Al conducir por autopista, una persona que ha dormido 6-7 horas tiene el doble de probabilidades de sufrir un accidente que una persona que ha dormido 8 horas. Si se duerme menos de 5 horas, el riesgo se multiplica por cuatro.
3. Un momento de somnolencia, 100 metros de trayecto
La mayoría de los accidentes de tráfico causados por la somnolencia al volante se producen por colisiones frontales o por invasión del carril contrario, y suelen ser accidentes mortales en los que al menos una persona pierde la vida. Si se produce una somnolencia de 2 a 3 segundos mientras se conduce a más de 100 km/h, se recorren al menos 100 metros, y a 80 km/h, 60 metros, lo que supone una distancia que escapa al control del conductor. En un estado de somnolencia al volante, se pueden producir accidentes de tráfico graves.
4. Ni el hombre más fuerte puede controlar sus párpados
Si se siente somnolencia al volante, es más prudente ceder a ella que resistirla. Como dice el refrán, "ni el hombre más fuerte puede controlar sus párpados", por lo que es recomendable aparcar en un lugar seguro y dormir una siesta de 10 minutos. El primer síntoma de la somnolencia al volante son los bostezos frecuentes. Se siente somnolencia, dolor en los ojos y fatiga, y la concentración en la conducción disminuye. En ocasiones, se pierde de vista alguna señal de tráfico o se experimenta un estado de somnolencia momentánea. Es importante tener en cuenta que un porcentaje significativo de conductores que sufren somnolencia al volante no son personas mayores con poca energía, sino conductores sanos de entre 20 y 30 años.
5. Ten cuidado al conducir los fines de semana
Para un coche, el conductor es como el entrenador y el jugador en un deporte. Desde el momento en que se pone al volante hasta que se apaga el motor y se baja del coche, el conductor debe estar atento a la seguridad vial. Especialmente, con la generalización de la jornada laboral de cinco días, si se realizan viajes largos los fines de semana, es aconsejable evitar conducir por la noche y a primera hora de la mañana. Si no se puede evitar conducir en estas horas, es recomendable hacer un descanso de una hora después de conducir durante dos horas, o turnarse al volante. El día anterior a un viaje largo, el conductor debe evitar el consumo excesivo de alcohol y trabajo, y dormir lo suficiente.
6. El enemigo de la conducción segura en invierno: la somnolencia al volante causada por la calefacción
La temperatura ideal en el interior del vehículo para evitar la somnolencia y garantizar la seguridad en la conducción es de 21°C a 23°C. La principal causa de la somnolencia al volante en invierno es la temperatura de la calefacción. Cuando hace mucho frío, si se utiliza la calefacción a alta temperatura, es probable que se sienta somnolencia mientras se conduce. En lugar de dirigir las salidas de aire hacia la cara, es mejor dirigirlas hacia el parabrisas o hacia los pies. Para mantener una temperatura agradable en el interior del vehículo, es aconsejable colocar la palanca de control de temperatura en una posición intermedia entre el aire frío y el caliente, y aumentar ligeramente el caudal de aire. La mayoría de los conductores cometen el error de poner la palanca de control de temperatura al máximo y ajustar la temperatura con el caudal de aire, lo cual es incorrecto. Además, es recomendable abrir las ventanas cada hora para ventilar el interior del vehículo con aire exterior rico en oxígeno. Si se conduce con el vehículo cerrado, la falta de oxígeno provoca somnolencia y disminución de la concentración, lo que puede dar lugar a la somnolencia al volante.
7. Cuidado con la somnolencia al volante al volver del trabajo y de los viajes
Independientemente de la experiencia de conducción, cuando se termina una jornada laboral estresante o se está cerca del destino, la relajación del estado mental, el uso frecuente del teléfono móvil, el consumo de tabaco o la visualización de la televisión, junto con la fatiga, pueden provocar fácilmente un accidente grave debido a la somnolencia al volante. Al volver del trabajo, es aconsejable evitar en la medida de lo posible las vías centrales y cercanas a la mediana, como el carril izquierdo. En las carreteras de doble sentido, se recomienda circular alejado de la línea central, y en carreteras de cuatro carriles, es preferible utilizar el carril derecho.
8. El sueño también es contagioso
Durante los viajes largos, es habitual que el acompañante se duerma mientras el conductor lucha contra la somnolencia y la soledad al volante. En particular, el acompañante del asiento del pasajero puede mantener una conversación ligera para ayudar al conductor a mantener la concentración y la seguridad vial.
9. ¡Evita conducir entre las 22:00 y las 6:00!
Como era de esperar, la mayoría de los accidentes causados por la somnolencia al volante se producen en las horas de madrugada. Sin embargo, la franja horaria comprendida entre las 14:00 y las 16:00 es la segunda más peligrosa. En particular, la probabilidad de sufrir un accidente por somnolencia al volante entre las 22:00 y las 6:00 es cuatro veces mayor que en otras franjas horarias. En este horario, el cuerpo suele necesitar dormir, pero si se conduce a pesar de ello, el exceso de trabajo aumenta la probabilidad de sufrir un accidente de tráfico. El cuerpo humano tiene un ritmo circadiano de 24 horas, y este horario no es el más adecuado para conducir debido a la disminución de la temperatura corporal y la presión arterial, entre otras cosas.
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